22 feb 2009

Aqui dentro

Aquí fuera es solo un caparazón vacío el que ronda por las calles, el que habla disparates y se presenta ante tus ojos, aquí fuera no tengo idea de la plenitud, aquí fuera soy feliz, pero solo de momento, solo unos minutos antes de darle paso al incurable llanto, antes de lamer las paredes pedregosas buscando el sabor que se filtró al abismo, de exhibir la necesidad del alimento constante, de la palabra, de la dependencia de las circunstancias para reír o lamentarme.


Aquí fuera soy un títere controlado por la estatua, soy la mano atrapada por el torbellino de murmullos, el monstruo que se come la escalera, el desagüe que se lleva las gotas de triste sal.


Aquí fuera me encuentro prisionero. Aquí fuera necesito volver.


¿Volver?


No me siento preparado, pero nunca lo sabré hasta que me encuentre frente a frente. ¿Cómo puedo saberme preparado si el laberinto siempre cambia? Me aterra la idea de regresar pero necesito hacerlo. Aquí fuera estoy muriendo en vano, estoy desperdiciando las posibilidades, aquí fuera me doy cuenta de que estoy cayendo lejos y no me muevo, así que después de un grito de guerra silencioso, de los que se gritan antes de intentar la hazaña, me quito de encima el saco, me desabotono la camisa y la dejo a un lado, aflojo las agujetas de los tenis y con la mano los empujo del talón para que se caigan, deslizo los calcetines fuera para establecer un vínculo directo con el suelo, me desabrocho el pantalón y junto con la ropa interior los bajo al piso y me deshago de ellos para ser mas sincero frente a mi, sin velos; sin disfraces. Camino hacia el espejo y me detengo indefinidamente, analizo la imagen imperfecta de mi cuerpo que rebota hacia mis ojos, espero paciente a que suceda, a que se presente la señal. Me disgusto, me odio y no me acepto, pero permanezco ahí por largo tiempo, las horas pasan hasta que de pronto ya no soy yo el que se mira. Veo el cuerpo de alguien que observa su reflejo , veo a alguien que se desconoce, que no se entiende, que se ha perdido, veo a alguien que se ve y caigo en cuenta de que en algún instante me quedé sin piel, desnudo completamente ante el umbral de la inexistencia, he dado un paso frente al cuerpo que permanece en la línea divisoria. El – ahí dentro – se convirtió de repente en – aquí dentro – y vacilo por el vértigo provocado en la repentina transición.


Cierro la puerta que desaparece con su propia imagen y sonido, tal vez después encuentre otra que me regrese a un lugar visible, pero no será la misma. Nadie más puede entrar porque se ha esfumado el conducto, nadie puede seguirme porque no he dejado rastro escudriñable.


No tengo mi cuerpo, he dejado mi piel y por lo tanto carezco de sentidos, solo me queda la refracción del pensamiento, el recuerdo de los colores y el eco de las voces que parloteaban en el exterior, memorias frescas que se irán desvaneciendo lentamente hasta convertirse en silencio, tenues manchas que perderán sentido y forma hasta volverse etéreas.


Aquí dentro nunca es igual, por lo que me pregunto donde estoy sin referirme al lugar ni al tiempo que describen mi entorno, sino a la interrogante del paradero de aquella indefinible sustancia que solía tomarme como suya y hacerme ser quien hoy ya no soy. Éste no es un viaje al pasado, es un viaje al presente de ayer en el que busco encontrar lo que me hacía ser y traerlo de vuelta. En algún lugar me perdí sin dedicarme despedida ni desearme buena suerte, en algún lugar tomé la decisión sin estar conciente de ella y me convertí en algo que no hubiera querido ser.


Aquí regreso a buscar la referencia, el mapa en blanco que me guiaba, aquí dentro debo estar escondido, desperdigado en pedazos que debo hallar y unir de nuevo. Alguna visión me arrastró de vuelta, quizá el eco del desesperado llamado en el alma que ansiosamente anhelaba el reencuentro, quizá el grito de la identidad confiscada por la perversidad del espejo, el sonambulismo patrocinado por la banalidad que se ofrece en cada esquina de la calle.


Aquí dentro no hay distancias, pero necesito un transporte que me lleve hacia mí. Aquí dentro no hay caminos así que cualquier dirección es factible pero no cualquiera me llevará hacia el destino que busco, aquí dentro el miedo se convierte en un monstruo quimérico que me tragará si no encuentro la confianza necesaria para dejar de preocuparme por mi, aquí dentro la culpa será la cadena perpetua que nunca mas me dejará sentir el placer de estar vivo, la vergüenza petrificará el movimiento voluntario y seré una estatua de sal que se dejará llevar por el viento al paso del tiempo. Si cedo al dolor de las heridas causadas, secaré mis venas y nunca más mi corazón podrá palpitar. Aquí dentro lo cierto no es un punto de referencia confiable, lo único verdadero soy yo y para eso he venido. Si caigo rendido ante el canto de las sirenas quedaré atrapado por siempre. Vine hasta aquí para encontrar al ser que no soy y poder en el hoy de mañana decirme quien fui.


Avanzo sin dar paso y se atraviesa frente a mi el presagio que siempre llamó a la puerta pero nunca escuché, el que al tocar profetizaba el vómito provocado por un grotesco deleite, el que me prevenía para que no me convirtiera en cuscuta, ácaro o en un tibio pedazo de carne ambulante, la voz que me advertía sobre la mediocridad, el susurro que me aconsejaba no temerle a la vida, sino a la existencia vacía. Una parte de mi, me encuentra vagando y se convierte en mis pies, en mi transporte, en la roca que lo soporta todo.


Consigo mis pies pero me pesa el pensamiento. Hay tantas distracciones que llaman; una moneda de oro dibujada en papel que se rompe, una boca teñida de rojo que agita la lengua y se lame los labios, una sonrisa condicionada interesada en volver, una mano que porta un puñal, que iza una bandera roja en el mástil de un barco imponente, el sol que la quema, un frasco con lágrimas que lo apaga y un insoportable espesor. Este sitio es denso y desgasta, tengo tantos pretextos para esconderme que la lista parece interminable, ninguna justificación es ociosa, ninguna explicación es vana ó mendaz y es lo que hace tan pesada la carga, pero ningún impedimento puede ser mayor a la posibilidad de lograrlo por lo que debo encontrar la razón, el propósito de estar aquí, para intentarlo cuantas veces se requiera.


Dentro se presenta el flujo. Con un rostro mucho más crudo que el que solía mostrarme allá afuera donde lo consideraba perfecto, el fluir se vuelve un muro que se cierra entre el deseo y el destino, que si bien no entierra una daga al corazón, tampoco bombea la sangre requerida para nadar constante, porque por mas que intento, no puedo caminar sobre el agua, así que me sumerjo y me planto en el fondo del río con los pies firmes, con la intención de adquirir la fuerza necesaria porque soy débil, porque la levedad no me enseñó a luchar; tan solo me dijo como no salir lastimado, como deshacerme del miedo, como renacer de la muerte, me enseñó a ser ligero, a deslindarme del ancla, me preparó para flotar pero nunca para nadar hacia donde yo quería, porque me enseñó a querer lo que tenía, pero nunca a tener lo que quería, jamás me enseñó a querer tener y ya no quiero nada. Me convirtió en un navegante sin compás en alta mar con un cielo sin estrellas.


Aquí dentro, en el fondo permanezco, sorteando las corrientes que arrastran al que no tiene un ancla. La mía son mis pies que se funden con la arena, mi ancla no es para permanecer por siempre aquí sino para retar al movimiento involuntario y encontrar la forma del flujo que me permita maniobrar virtuoso en este río, para dejar de ser la balsa sin remos y convertirme en el lagarto que se desliza a donde quiere. Recuerdo mis brazos y mis manos que no sabían nadar allá afuera porque nunca lo intentaron, porque siempre dependieron del capricho de las olas, del deseo del viento y de la fuerza de la marea, recuerdo su debilidad, las imagino y de una vez por todas decido extenderlos como si quisiera detener el cause. Entonces como si hubiera sucedido, mis pies violentamente tiemblan como efecto del impacto producido y me doy cuenta de que solo bastaba decidirme para que sucediera, solo era necesario dejar a un lado la creencia del error y la influencia mal nacida del fracaso.


Consigo mis pies, mis manos y mis brazos pero después de tanto tiempo desespero, siento que me encuentro abandonado, ansioso de estar ahí a tu lado, de regresar y olvidarme de mí, de volverme imprescindible para ti aunque esté incompleto, aunque sea el extraño del espejo quien te hable y te sonría, aunque seas la sirena que me cante y que me pierda. Aquí dentro hace tanto frío que a pesar de no tener mi cuerpo me congelo, entonces creo necesitarte, te invento y apareces frente a mí sin expresión. Empuñando una daga me revelas que solo basta un paso mío que me acerque a ti, para que lances tu brazo hacia mi pecho y atravieses este corazón entumecido. Estoy conciente de mi distracción, se que no me debería importar el frío, ni la daga ni la muerte ni tampoco tu presencia, porque he venido a encontrar los pedazos que perdí, no a conservar los que vinieron luego, pero aún así vacilo, porque estás en medio del camino y solo puedo continuar si traspaso tu cuchillo con mi corazón.


Aquí dentro la vergüenza y el dolor le lanzan cuerdas con espinas a mis pies para que no se muevan, pero mis manos las cortan con su nueva fuerza y me liberan, doy un paso y tu brazo hostil se abalanza encajando la daga que empuñabas en mi pecho y estalla en llamas, se incendia por el choque de los poderíos, la frágil vida resulta transgredida por la estocada de la muerte y mis pedazos arden en cenizas. Con el viento vuelan, con el vuelo se recuerdan y entienden que esta muerte no es en vano, sino que es la oportunidad para renacer de nuevo.


¿Dónde estoy? ¿Cómo era la sustancia que me hacia ser? Recuerdo que era mucho más ligera que la que hoy me constituye. Sería tal vez porque era joven, porque no se había tropezado, porque no había caído tantas veces en la porquería. La sustancia era más pura. ¡Oh es que en verdad lo era! ¿Qué pasó en el camino? ¿Cuales fueron los instantes decisivos? Fui perdiendo mi rumbo a la vez que encontraba el del rebaño, cambié mi credo por canciones populares, mi rebeldía por una sumisión inexplicable, cambié el amor por un querer y luego me perdí en la huida. ¿Dónde quedó la tela de los sueños? Solo escucho realidades falsas anunciadas por la engañosa voz de la experiencia, que si la fortuna no sonríe, solo muestra una rápida salida. Fui creciendo, al menos eso dicen allá afuera, no me consta, no les creo y por eso vine de regreso, porque se que nada permanece y quiero cambiar hallando mis antiguas partes y olvidando las que hoy no embonan.


No era mi cuerpo de ayer el que volaba, eran los sueños que gestaba; porque eran libres, eran puros y no se contenían a la espera de la suerte, salían sin preguntar el estado de la situación, no les importaba si acechaba el peligro o la traición, eran ellos mismos, auténticos, inalterables por lo ajeno, eran al fin y al cabo sueños, sueños que se fueron, sueños que hoy no tengo.


Voces inquisidoras gritan que soy el responsable de los reclamos, de los tuyos y los míos. Las voces ardientes intimidan mi confianza empequeñeciéndome, declarándome culpable de haber puesto la mirada en ojos ciegos, de hablarle a la pared. Culpable de éste frío, de no encontrar el amor y depender de su recuerdo. Culpable de no entender la reacción y aún así no exigir explicación. Culpable de ser tan inocente. Culpabilidad que surge del deseo de que las cosas fueran diferentes, de conseguirme otra vida, de seguir otros pasos, de sentarme a esperar la llegada de mejores circunstancias. Culpabilidad que no acepto, culpabilidad de la que me absuelvo.


Estoy completo de nuevo, soy mi cuerpo ahí afuera, aquí dentro soy el pedazo de universo comprimido en la sustancia que me llena. Frente a mi hay un espejo, es la puerta de salida, es la insignia de la nueva vida.


Me transporto...


Este cuerpo desnudo que observo en el espejo es parte de mi ser. Ahora que salgo de ahí dentro me gusta, lo amo y lo acepto porque es la única herramienta que tengo para explotar las posibilidades, es el único vínculo a este mundo material, es el permiso por tiempo limitado para hacer lo ilimitado.


Con este cuerpo estoy conciente de nuevo; de que la belleza no se encuentra en el exterior, sino en la inexplicable y profunda perspectiva, de que la felicidad no está en lo recibido, está en lo creado y en lo dado, de que de nada sirve entregarme si no me pertenezco, de que no tiene sentido el flujo si no existe un motivo, de que éste cuerpo poseído por ésta sustancia, es el conducto perfecto para encontrar el lugar… donde la nada existe.



30 nov 2008

El Punto Exacto



Sabes que nunca lo encontrarás, pero aún así lo sigues buscando, para eso viniste a este mundo; para escudriñar por debajo de la roca, por detrás de la pared, entre la verde maleza, sobre la nube algodonada, viniste de visita para abrir la puerta y salir por la ventana, para lazar una esperanza y dejarla escapar por la mañana, cuando la luz calma tus ansias y no necesitas más de aquel sutil aliento que mantuvo tu confianza en el desconcierto.


El punto exacto es una coordenada imposible para ti, es un emblema de la meta que nunca has de cruzar, una referencia invisible que utilizas para guiar tus pasos, es el tesoro que te inventas para usar un mapa que desde niño imaginaste, es la soga y la pistola, es el blanco, es la diana, es el cielo que justifica tu escalera.


Pusiste en la mira un rostro tan inocente como el tuyo, escribiste en la pared el nombre de una mujer tan libre como tú, ahora es tu referencia y tu esperanza, inventaste un tesoro y ahora diseñas el mapa correcto que te pierda, que te aleje de la lógica, ahora buscas dentro de ti a un maestro que te enseñe a desobedecer las reglas, que te ayude a desaprender los caminos transitados, que te haga mantener intensamente la ilusión del punto exacto.


26 oct 2008

Fragmentos de un alma enamorada del amor


Hablo de ti en primera persona,

porque no encuentro diferencias

que distingan tu vida de mis sueños,

porque me gusta imaginar

que cuando leas me verás,

y recordarás mi voz,

porque al hablar de mi te veo

y entonces escribo,

apasionadamente sobre mi…


Como imprevista generación espontánea

de pronto presté atención a tu mirada

y tus ojos se llenaron de misterio,

de pronto me robaste las palabras

y comencé a balbucear poemas descompuestos

fragmentados en monosílabas desacomodadas,

en grotescas rimas construidas,

según aquellos que no pueden entender

que de pronto…

el lenguaje suele desaparecer.


Al final de cuentas,

mas allá de la apariencia,

y más acá de la armadura,

dentro de cada cuerpo

palpita un corazón que anhela;

cruzar el puente de la soledad

y el miedo.


Los nombres cambian…

¿Qué es lo que se quiere

con tantos labios?

Las caras se permutan…

¿Qué es lo que se busca

con tantas ilusiones?

La vida pasa...

¿Qué es lo que se ama

con tantas almas?


Coincidencias en caminos que se cruzan,

uno pone el pié y el otro el paso,

la física y sus leyes de atracción,

con cuerpo y cara que armonizan

las reacciones impulsadas por la química

que nunca nos enseñaron en la escuela.

¿Qué sustancia nos hizo extraordinarios?

¿Que luz nos dejó ciegos para ver?

y la comprensión absoluta del mínimo gesto

que no logra entender el erudito del idioma...

¿Quién la explica? ¿Quién la garantiza?

¿Quién la perpetúa?

31 jul 2008

Caminos



Si te dejé ir…
fue porque nunca te tuve,
porque no quise sujetar tus alas
con mis trémulos brazos
temeroso a perderte,
porque solo se pierde lo propio
y tu nunca fuiste mía
y yo nunca tuve la intención
de encadenarte a los deseos
que de mi cuerpo brotan,
ni de usarte como cura eficiente
de la malentendida soledad.

Si te dejé ir…
fue porque sé muy bien
que el viento no se deja abrazar
y tu, ansiosa de comerte al mundo
decidiste sin mas evaporarte.

Si no hice muchas preguntas
no fue por falta de interés;
sino porque comprendí
el lenguaje de tus ojos
y lo absurdo de la lógica
perseguida en las palabras.

Si te dejé ir
fue porque me enamoré de tu locura,
de tu incesante cambio de opinión;
veleidosa y caprichosa
¿Cómo podría vivir con eso?
¿Cómo podría intentar cambiarte?
Y hoy te pienso mientras veo
que revoloteas ansiosa,
amarrada al suelo con tus propios brazos
llorando y riendo,
buscando la manera de escapar sin irte,
de cambiar sin dejar de ser tu misma,
con tu cuerpo y mente perdidos entre si
en un limbo de contradicción.

Si te dejé ir quizá
fue porque tuve miedo
de arriesgarlo todo por un sueño
y ahora solo en sueños
es que podemos encontrarnos.

Si nunca construí una jaula
fue para que estuvieras siempre junto a mi,
para que no murieras encerrada
ni asfixiada por las manos
que te ofrecieron de beber,
porque te encontré volando libre
y así nos acercamos, libres
de ataduras y promesas.

Si te dejé ir fue sin saberlo
para entender la gracia de la imperfección,
que encuentra en la ausencia compañía
y elocuencia en la contradicción.

Si te dejé ir fue sin esperarlo,
para vivir la pureza del amor
que no necesita retraso del tiempo
para volverse eterno,
ni juramento alguno para ser sincero.

Si me acerqué de más alguna vez,
si mis manos parecieron perseguirte
y mis intenciones capturarte,
creeme mujer que no te atraparía.
Si me acerqué de más
fue porque tu fuerza de atracción
es mas poderosa que la de una estrella.

Si el te quiero
perdió su significado literal
fue porque aprendí a circunstanciar,
palabra que no concibe otro amor
que el pronunciado como libre.

Si te dejé ir
fue porque desde que llegaste
supe que algún día te irías,
si me perdí
fue tal vez para encontrarte luego,
porque hubo un principio
pero no habrá final definitivo,
si alguna vez lloré por ti
prometo que no fue de dolor,
si no te busco en mi abandono
es porque estoy aprendiendo a vivir sin ti,
si no te extraño,
es porque al voltear mis ojos a la luna
encuentro tu luz en mi locura.

Si te dejé ir fue para estar conmigo,
contigo en mi de nuevo en casa,
para ser coherente con una filosofía
que suele matarme por las noches
cuando mis brazos solo tienen
una almohada entre su espacio
y mis labios se mueven inconscientes
buscando un beso ausente.

Si nos dejamos ir
fue porque estuvimos inconformes;
había algo mas que buscábamos,
algo mas que nos hizo mudar de piel
aún cuando la apariencia parecía ser feliz,
aún cuando el calor nos confortaba,
aún cuando la pasión desbordaba
sensaciones de gozo y de placer.

Si reconoces algún eco en mis letras,
si sabes como tuyas mis palabras;
sin duda lo son.
Fragmentos y destellos
de una historia vivida contigo
en el instante preciso en que coincidimos,
la confesión de mi ser en el tuyo,
la trascendencia de un fugaz momento.

22 jun 2008

Ahí dentro...

¿Volver? ¡No pienso hacerlo! ¡No quiero!, la oscuridad lo envuelve todo ahí dentro, enmaraña la claridad con la sombra, la certeza con la duda, la confianza con el temor de perderme de nuevo y no encontrar el camino de vuelta que se difumina al entrar, porque la salida nunca se cruza por la misma puerta de entrada, porque cada vez que me sumerjo dentro de ese espeso mar, me es más difícil salir a respirar aire puro, a pisar suelo firme. En ese lugar las arenas son movedizas, nada es seguro, hay fantasmas y cachorros inofensivos con cabezas de serpiente iracunda, todo es confuso, nada no es, tétrico bosque donde los árboles susurran nombres conocidos y conjuros perversos que son transportados por el viento en un vaivén interminable.

No quiero volver a ese callejón abandonado, a ese lugar sin esperanza, donde las paredes son altas e inescalables y parecen aprisionarme cerrándose sobre mi aliento. Me turba ese sitio, me da vértigo porque la realidad se distorsiona y se muestra como nunca antes fue vista, las figuras pasivas se vuelven agresivas de un instante a otro, alteradas por el mismo miedo nacido de la incertidumbre voraz y todo gira en un torbellino, nada está quieto, las caras se vuelven hostiles y las voces alaridos violentos. El corazón es víctima de una tensión difícilmente soportable sin una quietud y tranquilidad de espíritu, porque entre más desesperación y ansia de escapar se muestren, más compleja es la trampa y más celosa la tela de araña. La boca del lobo se abre pero sus fauces se cierran si sienten la pretensión del escape, entonces el clima se vuelve tan helado que penetra en los huesos, petrifica los músculos, los espacios se agrandan y todo se vuelve imposible y lejano.

Aquí afuera, aún en los días adversos, uno se puede enfrentar al enemigo, crear tácticas, armas y escudos protectores, las cosas son tangibles y lógicas, existe el ataque y la defensa, ahí adentro en cambio, no es posible estar más que desnudo en la abstracción, indefenso, completamente desarmado pues el enemigo más temible es uno mismo, conocedor de cada fisura interna, de cada movimiento, de cada punto medular, atacante despiadado...

Es verdad, ahí dentro no hay sangre, pero en un descuido, brota el dolor de la peor tortura; el sentimiento implacable de abandono y desconsuelo, la triste visión de una interminable amargura que transforma la gota de lágrima en un océano y el océano en un infierno. La única forma de salir, es alzar de nuevo el vuelo, pero las alas se tienen que encontrar ahí mismo.

Los locos no buscan la salida, se han adentrado tanto que olvidaron que existe un mundo que espera su retorno y viven deambulando de un lado a otro, pero yo no quiero ser un loco y por eso temo volver.

Los suicidas no pudieron lograrlo; claudicaron en el viaje, el techo caído y las paredes sofocantes acabaron forzándolos a jalar el gatillo, a saltar al vacío, a tomarse las pastillas, a cortarse las venas, a escoger una puerta sin camino, pero yo amo la vida y por eso temo volver

Ahí dentro he aprendido lo que sé, me he vuelto lo que soy, se han esculpido heridas invisibles que ahí mismo han cicatrizado. Ahí dentro debo decirlo, es donde los poetas encuentran sus palabras, donde los pintores descubren sus trazos, donde los escultores hallan sus formas exactas, de donde los actores recogen sus lágrimas, ahí dentro en esa materia gris se encuentran los ingredientes precisos para construir cosas hermosas aquí afuera, pero no cualquiera puede entrar, no cualquiera se atreve y yo no quiero regresar, me aterra regresar…

…pero necesito hacerlo.

12 jun 2008

Amante de las Almas Solitarias - Llovizna

Tu aroma es el único de entre todos los aromas de la tierra que posee en sus partículas la facultad de filtrarse por mi nariz y llegar a un espíritu que parece solo vivir de ti. Tu olor y frescura me transportan a un mundo surreal, entre lo abstracto y lo tangible, entre lo definido y lo eterno, sus manecillas giran sin control y me arrastran con ellas entre los minutos y las horas, entre los días y años a un espiral sin fin donde las imágenes aparecen tras las detalladas líneas verticales que dibujas en caída libre, los sonidos se confunden con tu voz creando ondas que resuenan en mi cuerpo y se estremece mi piel porque todos los instantes de mi vida se vuelven uno solo en ti, todas las historias viajan al presente en que te vivo, agua que cae, agua que me eleva a un estado sin materia, donde los colores son mas bellos a pesar de su opacidad, donde la soledad no es efecto del angustioso desdén ni del triste pesar, sino causa de la valiente invitación a un reencuentro interno, a un despertar conciente mucho mas intenso que el frugal despertar matinal. Es el abrir los ojos al sueño elocuente, a la realidad inconsciente, al abrazo perfecto del amor...

3 jun 2008

Consideraciones


- ¿Que sientes? - Le pregunta el cerebro al corazón, pero éste no contesta, simplemente sigue latiendo a su ritmo habitual ignorando la pregunta.

- Creo que tienes un hueco dentro y yo una bella ilusión, pero no pareces emocionado, no lates más rápido esta vez, ¿Por qué? ¿Tienes miedo de estrellarte de nuevo contra un muro? Es cierto que has sido maltratado tantas veces, atropellado y estrujado, demasiados cambios de ritmo intempestivos, pero que te puedo decir; eres berrinchudo como un niño pequeñito que no piensa las cosas y solo se alborota al saberlas cerca. En cambio y al contrario, cada que tu sufres yo crezco y aprendo cosas nuevas, diviso diferentes perspectivas tan interesantes, comprendo mejor la vida, pero entonces volteo y te veo cansado y herido, como si cruel me alimentara de tu dolor. Sé que eres especialista en regenerarte, tienes una capacidad impresionante para levantarte después de cada caída, pero ignoro cuanto más puedas soportarlo, no conozco tus límites y por eso te pregunto esta vez ¿que es lo que sientes? pero no respondes y entiendo que tu función no es conversar conmigo, sino simplemente seguir latiendo incansable para que yo pueda continuar, para que por medio de ti; ría, llore, sueñe, aprenda, me ilusione y ame, así que mientras sigas ahí, no te defraudaré, será un placer y un honor corresponderte. –

Y entonces, extrañamente, como si el corazón hubiera estado escuchando atento, se llena de valor y comienza a latir intensamente, como salvaje corcel desbocado que relincha frente a un hermoso pastizal de verdes increíbles que le muestran una hermosa y nueva libertad.

25 abr 2008

Pequeño cuerpo que duerme y deja el paso abierto a las posibilidades que dependen de que una barrera se convierta en serpiente y desaparezca



¿Qué tan real es este sitio? Mi piel siente algo, aquí y ahora, mis ojos ven, mis oídos escuchan y mis labios necesitan, pero ¿Qué tan cierto es? ¿Se puede realizar la medición? ¿Cuál es la referencia que toma la definición para limitar? ¿Quién lo decidió así? ¿Quién se lo permitió? Determinar las cosas, distinguir lo uno de lo otro, reducir la capacidad de percepción, enfocar el pensamiento para entender, dejar de ver el resto para distinguir el detalle, lógica y razón, eso se cree del aprendizaje; ¡ceguera pura! Mentes preparadas por el miedo día con día para entender nunca nada y cada vez menos de lo cierto.

No todo está perdido, pues inevitablemente llega al fin, un momento, cuando el pequeño cuerpo es vencido por el cansancio y duerme, que cualquier cosa puede ser posible y desaparece de pronto la definición que tanto daño le hace a la perfección; es la ruta de escape de los límites, las figuras pierden forma definida y se vuelven ecos impredecibles que danzan en un espacio de posibilidades infinitas, entonces, es cuando el cuello gigantesco del escarabajo ya no tiene por que soportar ser la cadena que ate la cabeza a tan bello cuerpo y decide desaparecer, volverse un recuerdo nada mas para la cabeza que lo piense y una sombra para el cuerpo que lo necesite, ¿volverá? Volverá algún día quizá, cargado en hombros victorioso, con un estandarte rojo que recuerde a los caídos, a los que alguna vez murieron en su nombre y entonces dentro del quizá, seguramente diga solemne: ¡No importa ya, si de las estrellas proviene el viento que nos une, no importa ya si la luna guarda celosa las caricias no entregadas, porque si el eterno azul es el dueño del misterio, la negrura nunca será dueña de la noche y se podrá siempre ver aunque sea una luz pequeña!

Se escuchan los tambores a lo lejos que avisan el cambio a lo incomprensible, llega la hora de fundirse con el universo, el escarabajo ya no lo es sin un cuello largo que sostenga su conciencia a la fuente de alimento, las barreras ya no significan división, las barreras ya no quieren ser barreras, están hartas de su penosa situación y se vuelven serpientes que se mueven ondulantes en la arena y todo pierde consistencia pues desaparecen llevándose consigo las definiciones, los significados y las palabras, todo es una sola cosa, el todo esta completo y la mente libre lo comprende pero no lo sabe controlar, no lo intenta porque no le hace falta, como el árbol que decide no moverse de lugar donde nació porque es perfecto y no necesita de nada mas que de su existencia misma que lo una al infinito.

Al principio, la mente comienza a olvidarse de la gravedad, de la caprichosa obligación impuesta de permanecer cerca del suelo, entonces con un pequeño brinco da inicio a un viaje sin precedentes, se eleva lentamente, temerosa de no poder seguir y quedar atrapada por siempre entre las leyes, pero tiene fe en si misma por lo que poco a poco es cada vez más alta y se asombra de la belleza de un mundo que le parecía inmenso desde el suelo, lo siente cada vez mas hermoso, lo comprende mejor pues ha salido de sus laberintos, todo parece tan sencillo y quieto desde ahí, desde esa perspectiva pierde el miedo a caer pues comprende que no hay arriba ni abajo, que ella misma inventó esa concepción como una referencia pero ya no la necesita más, el primer paso está dado, vaya paso volador, lo ha entendido bien, pero aún así no quiere regresar, adelante siempre estará la promesa seductora de lo desconocido, vuela entonces cada vez mas rápido seducido por la inmensidad que no le muestra un rumbo fijo pero busca en ella, un destino que la libere de toda limitante, acelera cada vez mas sin voltear atrás, sin importarle que la esfera azul de donde vino ya no existe, no quiere detenerse, el sonido ha quedado muy atrás, piensa en la luz y se impulsa de su brillantez para ir más rápido que ella, los planetas pasan, las estrellas, las líneas que dibujan y los colores se comienzan a deformar, ha salido del sistema, quizá de la galaxia, avanza mas rápido que la mayor cifra de números pueda ser imaginada y todo gira tan rápido que pierde el sentido de las formas pero sigue acelerando, aunque quisiera parar no hay marcha atrás, no hay dimensión que la contenga, quiere devorar el universo.

Acelera… acelera. Acelera, acelera acelera y acel era celeracelera c adavez ma sy masym as,estatancer ca de su perar e lultim oli mit ôʚʙʜʝɻ&pºª€₪ҖѪ


… ya no tiene necesidad de continuar o regresar, ni de bajar o subir, ni de entrar, tampoco de salir… el movimiento es tal, que está en todos los lugares y en todos los tiempos, se ha vuelto inmóvil como el árbol, es el árbol mismo, el viento, el agua, la tierra y el fuego.

Recuerda por alguna razón el tic, toc, toc, de su habitación, la manecilla que avanzaba… las horas que se perdían en la nada y ríe, pensando en la ironía del tiempo y del espacio.

26 mar 2008

El Ritual - Conversaciones con tu ausencia


Regreso de nuevo a formar parte del ritual, confuso ritual de abstracción que enreda su canto entre mi cuerpo como aguda cuerda punzante y me hace dudar nuevamente de la interminable búsqueda que siempre encuentra preguntas, sentencias con un persistente signo de interrogación atado a su certeza. Siempre danzando, palabras que están siempre en movimiento, creando nuevas formas y figuras, buscando otorgarle un significado al flujo, trazando mapas de las cosas que suceden, mapas que no han de servir de mucho, porque el camino aunque sea igual no es el mismo, entonces tendré que perderme una vez más en el intento y dar pinceladas que anhelen trascender en algo mas que ligeras señales que luego, debido su menuda complexión se lleve el viento, el viento del olvido.

Temo dar tan solo trazos muertos que por mas esfuerzo no logren convertirse nunca en la fuente que los engendró y solo formen, en el mejor de los casos, alguna vibración molecular que pronuncie un elocuente sonido que construya alguna oración en medio del ruido saturado por los pensamientos.
Regreso al ritual sin recordar muy bien como funciona la espontaneidad y doy un paso errático y extiendo mis brazos en mal momento creyendo que hay manuales que explican las leyes de atracción. De mi boca escapa el suspiro revelador de un sentimiento y en seguida la estupidez pretende formalizarlo y darle una vana explicación, una exposición de motivos que activa inmediatamente el mecanismo idílico que construye castillos en un fantástico paraje creado por algún dios de la inventiva, la imaginación estalla y se vuelve incontrolable, cuando en realidad, en el escurridizo presente solo existe un deseo en el aire, un hipnotismo luminoso creado por hermosas ventanas verdes sin cortinas que permiten el paso de una cálida luz, por gestos amables y sonrisas carentes de intención... pero en el ritual, el alma se desnuda, se muestra como es y susurra a gritos su palpitación, con letras desordenadas que torpemente procuran simular a Dalí ó a Bretón y tímidamente alzan la mano sin un cuerpo, abandonan una zapatilla como cenicienta, esperando cualquier reacción, pero buscando el gesto y la mirada sin cortinas que confiesen que la calidez puede entrar también por tus ventanas

Le tengo miedo al silencio que no es callado y comprensivo sino ansioso, frío y lleno de vacío, regreso de nuevo a formar parte del ritual, porque quiero hablar y no callarme los temores, cantar y no olvidarme de sentir el latido de mi corazón.

12 feb 2008

Busco una razón para levantarme

o al menos intento recordar la de ayer para reciclarla…